miércoles, 2 de noviembre de 2011

Quiéreme gota a gota

Mediante Goteo.org podemos financiar proyectos de ADN abierto. ¿Qué significa esto?

 

¿Qué es eso del procomún?
El concepto bien podría llamarse “bien comunal” o “bien compartido”, aunque en una sola palabra queda mejor. Se refiere a todas aquellas cosas que no tienen un dueño, que usufructamos entre todos. Vg. el agua, el aire, las nanas o las recetas de tortilla española. A día de hoy, una de las disquisiciones más intensas en el ámbito social invita a repensar lo público versus lo privado, el espacio en el que se crea, la validez de la propiedad intelectual y la necesidad de generar (y regenerar) una base de dominio público sólida y distribuida. A esa tarea nos está ayudando la tecnología (Internet), pero es un trabajo de personas. De uno en uno y de una en una.

Power2people
Cuando las personas se juntan, los conceptos, los lenguajes y hasta las democracias se transforman. En un proyecto de crowdfunding valemos todas las personas, una a una y la suma de todas ellas: no es como cuando nos quieren vender un boleto para una rifa; es más bien como si en la calle alguien pide para levantar su proyecto y te lo explica. Ok: apoyamos esa producción de cine, esa creación literaria, ese huerto urbano… Revisamos, conocemos, nos apropiamos, participamos.

Desde muchos rincones tratan de bajarnos los penachos utópicos: “No vais a cambiar nada”. De hecho, ya estamos cambiando mucho. Y no voy a recordar aquello tan sabido de “Ladran, Sancho”. Bueno, ya lo he hecho.
Crowdfunding es apoyar con la moneda de cambio (hoy, todavía, el euro) aquello que nos merece la pena que exista y que, con el amor de muchas, podemos conseguir. Es lo que hacemos con Periodismohumano.com: pagamos una pequeña cantidad para permitir que un equipo de periodistas trabaje con libertad y beligerancia en la línea de fuego de los derechos humanos. Eso incluye también a la cultura y al procomún.
Proyectos gota a gota
Goteo.org es distinta de otras plataformas de financiación colectiva por centrarse en el apoyo a proyectos con ADN abierto: ¿y eso qué es? Los retornos no son sólo individuales (que los hay), son sobre todo colectivos: la rentabilidad social de cada euro que depositemos en ellos está previamente testeada por los gestores de la plataforma. Desde 5 euros en adelante, los financiadores de un proyecto (tú o yo) nos aseguramos de estar generando con su “capital riego” un bien social. Procazmente distribuido y felizmente común.


Ahora es el momento. Entro a Goteo.org. ¿Qué me voy a encontrar? Un poco de todo. Lanzados hace poco más de una semana, son siete los proyectos que se pueden financiar individualmente:
Bookcamping.cc: biblioteca abierta y colaborativa que, además de editar y licenciar textos en Creative commons, se propone “educar” popularmente acerca de las licencias libres de la cultura.
CuentoJuegos Robocicla, que pretende editar en papel y digital aventuras ilustradas sobre el conocimiento, el software y la cultura libres.
Move Commons: sistema semántico de búsqueda y etiquetado para monitorizar y conocer las iniciativas sociales en Internet.
Nodo móvil es una estación de wifi portátil que persigue la transimisión libre, abierta y neutral en la red ciudadana guifi.net.
Todojunto Letterpress quiere recuperar técnicas de impresión tradicional con tipografías móviles e invita a repensar tanto el diseño gráfico como la tecnología.
Trash Alert! es una aplicación de Android que sirve para geolocalizar y publicar mapas colaborativos de vertederos ilegales, con la cual cualquier ciudadano se convierte en activista.
Tu derecho a saber, por último, es una web tras la consigna de la Ley de transparencia, ausente de los programas electorales, que persigue fomentar y facilitar las preguntas ciudadanas a las instituciones.
Como se puede comprobar, la mayoría de estas propuestas no se conforman con tu “goteo”, requieren de tu amor: el uso, la réplica, la distribución, la comunicación y difusión libres y participativas a través de espacios de redes sociales (o los que quieras) son los que harán grandes a estos proyectos.
Porque, como bien dice (alguien), “muchos unos hacen un uno muy grande”. Nos fundimos y confundimos en el crowdfunding, para que aquellos que tienen las ideas las lleven a cabo y nos devuelvan cultura, conocimiento, datos, conexión y transparencia.

domingo, 30 de octubre de 2011

Experimento Comparte

Acción contra el Hambre lanza http://www.experimentocomparte.org para estudiar el comportamiento del ser humano cuando se enfrenta a la realidad de un mundo mal repartido.
En un mundo con capacidad para alimentar al doble de su población, 3,5 millones de niños mueren por desnutrición aguda cada año.
De los 20 niños sometidos a estudio, 20 compartieron su comida. Queda claro que la lucha contra el hambre es más fácil si todos compartimos un poco.
Deberíamos aprender.

 

viernes, 28 de octubre de 2011

Las maestras de la II República

 Las maestras de la II República trabajaron a través de la educación para crear una sociedad más justa e igualitaria.

Con el franquismo sufrieron una dura represión y como no eran consideradas seres pensantes, no fueron castigadas en base a su ideología, como los maestros, sino por "su falta de moralidad". 

 

 

Muchas maestras de la II República veían en la educación la más digna y hermosa herramienta para hacer un mundo más justo e igualitario. Y con ese sueño trabajaron en la extenuante tarea de formar a una población analfabeta y desnutrida. Se creó una escuela pública, obligatoria, laica, mixta, basada en la solidaridad y eminentemente rural. Pra recuperar la memoria de aquellas maestras se ha creado una guía didáctica disponible on line y en pdf. El programa De este a oeste, de la Asociación de Emisoras Municipales de Andalucía, a través de la Onda Local de AndalucíaLuz Martínez, nos acerca a estas mujeres en una conversación con Luz Martínez, secretaria de Políticas Sociales de FeTE UGT.

“Estas mujeres empezaron a promover las reivindicaciones que todavía están encima de la mesa: la libertad, la autonomía, el derecho a su propio cuerpo, a tener estudios y a cambiar la sociedad”

“Juntaban a los niños y las niñas porque estaban convencidas de que así podríamos conseguir una sociedad más igualitaria”

“Cuando llega la represión de la Guerra Civil, como no se les considera mujeres pensantes, se les acusó no por su ideología, como a los maestros,  sino de falta de moralidad”




sábado, 22 de octubre de 2011

Soledad Real

Su historia es la de muchas otras mujeres que defendieron la Democracia desde la retaguardia de la Guerra Civil española. Le costó 16 años de prisión durante el franquismo. Tuvo un papel protagonista en el Movimiento Democrático de Mujeres. 


España 1917 – 2007. Miembro de las Juventudes Comunistas, participó en las labores de cuidado y acogida a los refugiados de la Revolución de Octubre en Asturias. Durante la Guerra Civil española se ocupó de la acogida de los niños huérfanos en familias y del suministro de pan en la ciudad de Barcelona. Encarcelada durante 16 años por el régimen franquista. Tuvo una participación activa en el movimiento vecinal y asociativo a través del Movimiento Democrático de Mujeres y de la Asociación de las Mujeres del Barrio del Lucero.
Soledad Real nació en el barrió obrero de la Barceloneta, el mismo año de la huelga general en España en la que su padre, obrero metalúrgico, participaba. En casa es necesario el dinero para comer y a los siete años tiene que abandonar el colegio para empezar a coser a domicilio.
La proclamación de la II República abre un nuevo horizonte, el debate que mantiene en las Cortes Clara Campoamor para conseguir el voto para las mujeres no pasa desapercibido. Soledad ingresa en el club cultural y deportivo de su barrio y en las Juventudes Comunistas. En 1934 comienza su formación en la escuela de cuadros Lina Odena.
En julio de 1936 los militares fascistas dan un golpe de Estado y comienza la Guerra Civil española. Soledad Real ya tiene 19 años y sabe lo que quiere: continuar ganándose el pan, el cuidado y defensa de los más desfavorecidos y seguir con sus estudios. Ella no quería la guerra, quería que la dejaran vivir en paz.
Participa intensamente en la retaguardia, en su barrio, organizando el suministro del pan. Colabora también en la reestructuración de los transportes públicos que habían dejado paralizada la ciudad. La acogida y colocación en familias de los niños huérfanos es otra de sus labores durante los tres años que duró la guerra.
En 1941 es detenida y tras veintiocho días de torturas ingresa en la cárcel de mujeres de Les Corts. En 1944 un tribunal militar la juzga y es condenada a treinta años de cárcel por un delito contra la seguridad del Estado. Haber pertenecido a las Juventudes Comunistas es su pecado. En 1957, tras dieciséis años de su vida en la cárcel, queda en libertad condicional con prohibición expresa de volver a Barcelona. Empieza entonces a militar en Asociaciones de Amas de Casa, donde continuará su trabajo, creando en 1980 el Centro Cultural de Mujeres del Lucero de Madrid, una antigua reivindicación de las mujeres del barrio.
La historia de Soledad Real es la historia de muchas mujeres que defendieron sus ideales en la retaguardia de una guerra. Mientras ellos hacían la muerte defendiendo a la República en las trincheras, ellas cuidaban la vida defendiendo a la República en la retaguardia, sosteniendo la vida de sus compañeros encarcelados o manteniendo vivos a sus hijos sorteando la pobreza.
Esas mujeres montaña ocultando a los maquis en los más profundos bosques con su cuerpo. O escondiendo a los desertores que, como ellas, no querían matar ni morir. A quienes estaban en peligro de cárcel o muerte o a la buena gente que huía de un pueblo o de otro (de un bando o de otro) los escondían en sus propias casas. Y compartían con ellos el pan y la sal. Ellas no guardaron silencio. Soledad, como tantas otras, no era víctima escondida sino que pasó a la acción, se puso en juego y se la jugó.
Por este trabajo haciendo paz en la retaguardia, mujeres republicanas abarrotaron las cárceles franquistas y otras murieron fusiladas. Para rescatar estas historias olvidadas, tratando de reparar tanta injusticia y con el deseo de conocerlas y darlas a conocer para poder aprender de ellas, en 1996, la Librería de Mujeres a la que pertenezco, decidió organizar una fiesta-homenaje. Se logró reunir a 200 mujeres comunistas, anarquistas, socialistas que llegaron de todos los rincones de España para recibir un primer homenaje. Las filiaciones y pertenencias quedaron en un lugar secundario; todas estaban allí como mujeres que se habían entregado a una creencia que iba más allá de las ideas o ideologías: defender la libertad y la vida.
Sole fue una de las mujeres que a partir de entonces empezó a frecuentar la librería. Aparecía por allí y se sentaba con nosotras en la mesa camilla donde trabajamos, iba desgranando sus recuerdos, sus pensamientos, sus convicciones. Mientras la escuchábamos fascinadas, ella nos contaba los primeros meses de la guerra en Barcelona, cómo las mujeres tomaron las riendas porque sus hombres estaban en el frente y organizaron el reparto del pan para que llegara a todas y todos y nadie acaparase. La toma de los autobuses para que la ciudad no quedara paralizada, la reorganización en los barrios de las escuelas, la acogida de familias que llegaban huyendo de las masacres. La huida al acercarse el final de la guerra y la entrada de los fascistas en Barcelona. Cómo organizaron la salida de los dirigentes grandes o pequeños y de sus familias, después de ella. La traición de los franceses que, como muchos de los Gobiernos europeos, rechazaron a los refugiados y les obligaron a volver a España. La detención, la tortura, los largos años de cárcel, marcados por la dureza, y la crueldad pero también por la solidaridad y el compañerismo entre las presas.
Sole aprendió a ser libre volcándose en la defensa de otros y otras. Si la tortura en la cárcel humillaba su más íntimo ser, supo encontrar en la relación con las otras encarceladas y doloridas la complicidad para poder sobrevivir juntas. Y al salir de la cárcel después de tantos años, la militancia activa y su Grupo de Mujeres del Barrio Lucero. Y leer, estudiar, aprender lo nuevo, lo inesperado. Tomar conciencia de que no hay paz verdadera mientras la violencia no desaparezca de las costumbres, mientras la violencia siga acosando a las mujeres. Y así fue tejiendo su nuevo pensamiento feminista y solidario.
Sole fue acusada tantas veces a lo largo de su vida de ser rebelde, comunista, pobre o roja, que aunque trataban de insultarla, ella se enorgullecía, convencida cada día más de que estaba en el lado justo. Tan sólo lamentó y le dolió profundamente la acusación de los hombres de su partido de ser feminista y defender a las mujeres.
Las conversaciones con Soledad Real en la librería se convirtieron en momentos únicos, que nos conmovían el corazón. Todas nos quedábamos calladas y la escuchábamos con atención hablar de la lucha de clases y de la lucha de las mujeres; del silencio de ellas que, sin dejar de hacer, se la jugaban por la justicia; el amor a los que parecen menos y que son más.
Todavía, alguna noche de insomnio llena de miedo y desesperanza, oigo sus voces femeninas y cascadas por la edad cantar entusiasmadas el Himno de Riego. Oigo la voz de Soledad Real fuerte e intensa, y a la vez llena de delicadeza, que llega hasta mí desde muy lejos, llena de conocimientos antiguos y nuevos, y todavía empeñada en pedir lo que puede parecer imposible, la paz y la justicia en el mundo. Y, reconfortada, renace en mí la esperanza.

jueves, 20 de octubre de 2011

Hacia la primera Ciudad de los Derechos Humanos

 

Ciudadanos comprometidos con la Primavera Árabe trabajan en las comunidades para lanzar la primera Ciudad de los Derechos Humanos en Oriente Próximo.

 

El objetivo es lograr que, en una ciudad determinada de la región, residentes y autoridades adopten los derechos humanos como una forma de vida y se involucren en planes y acciones positivas para alcanzar la justicia social y económica de toda la comunidad. El modelo busca asegurar que todas las leyes, políticas, recursos y relaciones en la localidad respeten los derechos y la dignidad de de sus miembros.
“Todos en la ciudad están en igualdad de condiciones y, sean alcaldes o basureros, se sientan a la mesa como iguales buscando colectivamente lo que debe ser resuelto a través de una perspectiva de derechos humanos”, explicó Robert Kesten, director ejecutivo del Movimiento Popular para la Educación en Derechos Humanos (PDHRE, por sus siglas en inglés), con sede en Nueva York.
Los principios guía para este modelo de ciudad están consagrados en la propia Declaración Universal de Derechos Humanos, ratificada por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en 1948. Es importante que residentes y autoridades conozcan y sean capaces de actuar de acuerdo con los derechos, y que estos se apliquen en todos los niveles de los procesos de toma de decisiones y de resolución de problemas.
El enfoque comunitario requiere un cambio de paradigma. Si bien las instituciones nacionales son usualmente responsables de promover y proteger los derechos y las libertades de acuerdo con los tratados internacionales firmados por el Estado, en una Ciudad de los Derechos Humanos gran parte de la responsabilidad recae en el ámbito local. Las autoridades y los residentes se convierten en agentes de cambio.
“En vez de concentrarse en un tema o grupo particular de personas… trabajamos a nivel comunitario, enfocándonos en cada hombre, mujer y niño”, explicó Omar Aysha, activista de El Cairo que trabaja en la iniciativa. Rosario, Argentina, se convirtió en la primera Ciudad de los Derechos Humanos del mundo en 1997. Hoy el modelo se aplica en 15 urbes de África, América y Europa. El PDHRE inició los proyectos, pero la mayoría fueron completados por las propias comunidades.
Antes de la Primavera Árabe parecía poco probable que el concepto pudiera aplicarse en Medio Oriente y el norte de África, región en la que regímenes autoritarios le negaban a la ciudadanía derechos políticos, económicos y sociales básicos. Pero los levantamientos populares que acabaron con los gobiernos en Túnez, Egipto y ahora Libia parecen haber abierto una ventana de oportunidades.

                   "Somos libres a pesar de la represión" Bahrein, 2011 (AP Photo/Hasan Jamali)

“El trasfondo de estas revoluciones está vinculado con la lucha por la libertad y la democracia”, dijo Kesten. “El deseo de ser libre es un motor poderoso, así que cuando Túnez cayó nosotros sabíamos que otros países no estarían lejos” de derrumbarse también, añadió. Una demanda fundamental de los manifestantes en los levantamientos era que los gobiernos rindieran cuentas ante sus pueblos.
Tradicionalmente, los gobiernos funcionan como una pirámide con el órgano ejecutivo al tope. El objetivo de las ciudades de derechos humanos, explicó Kesten, es “invertir la pirámide y colocar a las personas encima de todo, para que puedan ser dueñas de sus propios derechos”.
El PDHRE identificó a la norteña ciudad egipcia de Alejandría como la posible primera Ciudad de los Derechos Humanos de la región. Fue en esta ciudad mediterránea de cuatro millones de habitantes en donde la lucha por las libertades individuales y la justicia social de este país árabe adquirió una fuerza sin precedentes.
En junio de 2010, dos oficiales de policía de esa ciudad sacaron a la fuerza a Khaled Said, de 28 años, de un local de Internet y lo golpearon hasta matarlo.
Cuando la fotografía del joven muerto se hizo pública, se desató una fuerte indignación popular, motivando crecientes protestas que, a la postre, terminaron con el derrocamiento del presidente Hosni Mubarak. El PDHRE espera generar impulso en base al legado de Said para desarrollar Alejandría como primera Ciudad de los Derechos Humanos de Medio Oriente.
La organización destaca que se trata de una ciudad más pequeña y por tanto más accesible que El Cairo. Además, es útil su importancia internacional e histórica. El desafío de transformar una ciudad notoria por su represión política y brutalidad policial en un faro de las libertades individuales requiere de un nuevo enfoque.
En agosto, el PDHRE creó los Cuerpos de Derechos Humanos de Egipto, grupo de representantes del gobierno, el sector privado y la sociedad civil encargados de “llevar el mensaje a la comunidad”. Los integrantes de los Cuerpos recibieron entrenamiento sobre cómo personalizar los derechos humanos e introducirlos en la vida diaria. Se encargan de trasladar los valores al hogar, el lugar de trabajo y a toda la red social.
“Es importante no solo que las personas conozcan sus derechos, sino que también los integren a sus vidas”, explicó Aysha, líder de los Cuerpos. “Se olvidan las lecciones a menos que las conviertas en parte integral de todo lo que hagas”. Mientras los regímenes autoritarios siguen cayendo en Medio Oriente y el norte de África, el PDHRE ve la oportunidad de facilitar una nueva comprensión sobre los derechos humanos, pasando “de la caridad a la dignidad”.
La organización trabaja en forma paralela en Túnez, donde activistas locales lanzaron sus propios Cuerpos de Derechos Humanos. Y ahora, con el fin del régimen de Muammar Gadafi, Libia podría ser el próximo paso.

 

viernes, 14 de octubre de 2011

Matar al padre intelectual

Contra la postmodernidad es un panfleto contra el anquilosamiento del pensamiento que se ha abstraído de cuestiones políticas y económicas.

 

                                                           Ernesto Castro durante la presentación de su libro

A decir verdad, nuestro invitado, Ernesto Castro, no ha escrito el libro para pensar el momento presente, sino para ajustar cuentas con el pasado.
Él, estudiante de filosofía (acaba de cumplir 21 años, aunque no te lo creas al escucharlo) es una mente inquieta que ha intentado resumir la era postmoderna del pensamiento: y explicar por qué la filosofía de los últimos 50 años -este período oscuro del que intentamos salir o del que nos están sacando a golpe de crisis- no ha bastado para dar cuenta de los fenómenos del mundo, se ha abstraído de analizar las consecuencias del poder económico en las vidas y ha resultado insuficiente e incluso cínica frente al avance aplastante del neoliberalismo.
Las diversas corrientes filosóficas del periodo reciben su ración de análisis y Castro reivindica, para poder enfrentarnos a los hechos sin el cinismo de épocas pasadas, un “marxismo sin modales”.
Cuando titulamos esta breve presentación “Matar al padre” hablamos literalmente del padre biológico, además del intelectual, pues Castro es hijo de Fernando Castro Flórez, como nos aclara en el curso de esta entrevista.
Algo sacamos en claro de esta charla y es la necesidad del compromiso: con las propias palabras, con la propia visión. Una de las cuestiones en las que más insiste el autor es en preguntarnos y preguntarse: “¿A quién sirve mi discurso?” ¿Quién lo dicta? ¿Quién lo instrumentaliza?  Si muchos de los intelectuales más reconocidos de España permanecen sin pronunciarse con seriedad Algo sacamos en claro de esta charla y es la necesidad del compromiso: con las propias palabras, con la propia visión. Una de las cuestiones en las que más insiste el autor es en preguntarnos y preguntarse: “¿A quién sirve mi discurso?” ¿Quién lo dicta? ¿Quién lo instrumentaliza?  Si muchos de los intelectuales más reconocidos de España permanecen sin pronunciarse con seriedad sobre el fenómeno de respuesta y protesta global que llevamos a cabo desde hace meses, quizá sea el momento de dar paso a otros.
El discurso de este escritor y miembro de Juventud Sin Futuro en las páginas de este Contra la postmodernidad es lo suficientemente combativo y vehemente como para dedicarle esta hora de radio.